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Cataratas el Salto en Carrizal de Alajuela

Cataratas El Salto en Carrizal de Alajuela

Toda una aventura fue ir a las Cascadas de El Salto. No carreteras pavimentadas, granjas de café, y la selva tropical tienen que pasar para llegar al río Itiquis donde se encuentran las cascadas.

Llegando a Cataratas El Salto

Mi hermano organizó junto con algunos de sus compañeros de trabajo un viaje a las Cascadas de El Salto. Me invitó y no dudé en decir que sí.
Estas cataratas son famosas entre la gente de Heredia y Alajuela porque están muy cerca de estas ciudades.
Un viaje en autobús desde estas ciudades hasta Carrizal es suficiente para llegar a la entrada del río.
Pero este no es un destino turístico desarrollado, no hay forma segura de llegar. No hay senderos asfaltados ni escaleras.
El río fluye por una depresión muy baja, no esperes terreno plano una vez que entres al sendero que te lleva a las cascadas. Hay que atravesar una finca de café y luego una pequeña porción de selva tropical.

Una vez en el río, tendrás que caminar sobre algunas piedras resbaladizas para pasar entre las dos cascadas. Llevar el calzado adecuado e ir despacio es la clave para mantenerse a salvo.
Insisto en que debes sentirte en excelentes condiciones físicas antes de ir allí, cualquier accidente podría ser fatal, y realmente difícil para el equipo de rescate llegar hasta ti.

Las Cascadas

Pero basta de advertencias, esta experiencia le hará sentirse como los primeros habitantes, explorando el terreno y buscando lugares habitables. Ambas cascadas cuentan con estanques lo bastante profundos para nadar y bucear por los acantilados.
En cuanto al buceo, la cascada superior es mucho más segura que la inferior. Encontramos a un tipo que se tiraba por el acantilado y nos dijo que dos amigos suyos habían perdido la vida en la cascada inferior.
Pero el estanque de la segunda es más grande, los nadadores lo encontrarán atractivo. Por cierto, el agua está fría, muy fría. Verás a los lugareños nadando a menudo y luego tomando el sol en las piedras grandes que yacen en el río.

Volviendo cuesta arriba

Después de nadar un rato y zambullirnos en el estanque superior, montamos una improvisada barbacoa y cocinamos pollo y ternera. El lecho del río ofrece mucho espacio para sentarse cómodamente. Bebimos, comimos y hablamos paja como decimos aqui.
Hacia las 14:00 se estaba nublando, por lo que había muchas posibilidades de que estuviera lloviendo en la montaña. Las cabezas de agua son habituales en la zona, así que la única opción era partir cuanto antes.
Subir requería el doble de esfuerzo que bajar. Fuimos despacio. Volver a la carretera nos llevó unos 15 minutos.
Gracias a mi hermano por permitirme unirme a su grupo en este viaje. Fue sin duda una experiencia única que me gustaría repetir.